Hoy me ha llegado un simpático y anónimo comentario sobre uno de los poemas del libro, se trata de «Amante de los astros»
Me ha encantado por su tono confesional y soñador, en el que el hablante se funde con el universo en una comunión emocional y estética. La noche y los astros, lejos de ser solo escenarios, se convierten en interlocutores, símbolos de lo eterno y lo inalcanzable, pero también refugios de la sensibilidad humana. Siracusa teje referencias culturales —como la mención a Audrey Hepburn y al planetario— con imágenes de una lírica de lo cotidiano y lo universal: el cielo estrellado de una aldea, la contemplación callada, la música como puente entre mundos.
El poema también sobresale por una cadencia suave, musical, que fluye como el río lunar que menciona: evocadora, reflexiva y profundamente estética. Hay en él una melancolía serena, un homenaje a la imaginación y a los sueños que nos sostienen incluso ante la vastedad del universo.
Amante de los astros refleja una poética de lo celestial como espejo del alma humana. Jordi consigue que la contemplación del cielo no solo sea un acto estético, sino también existencial, en el que mirar hacia arriba es también mirar hacia dentro.

Agradezco el comentario, pero me gustaría conocer, si es posible, a la autora o autor. No seáis tímidos.



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